Quisiera agradecer a cada uno y una de Uds. por vuestro sí al amor. Un sí que nos lleva a recorrer juntos un camino de transformación e iluminación en Cristo. Una senda que se transita en unión y relación, donde no hay maestros ni alumnos sino diálogo incesante en unidad, y en la que el discernimiento y la devoción a la divinidad se unen en una misma dimensión.
De esta manera co-creamos juntos lo nuevo. Traemos el cielo a la tierra. Unimos en cada uno de nsotros lo humano y divino. Aydamos a sanar sanando. Somos transformados por nuestra Divina Madre. En otras palabras, renacemos en el espíritu de amor.
Gracias a cada cual por su función dentro del Movimiento del amor hermoso. Todas y todos son de gran importancia.
Con alegría y gratitud,
Sebastián